Ministerio de Jóvenes con Propósito

Introducción

Imagine por un minuto una dinastía deportiva, (un equipo que gana año tras año) escoja su favorito. Este éxito no se puede atribuir a un componente; varios factores combinados dan por resultado el éxito. Una verdadera dinastía es más fuerte que su mejor  jugador. También debe tener jugadores clave que lo apoyen, un jefe entrenador motivador, entrenadores ayudantes experimentados, interés en adquirir talento libre, un dueño del equipo dispuesto a arriesgarse, una oficina productiva y un fuerte sistema para desarrollar el talento en formación (o mucha suerte al elegir el talento recién graduado). Los fanáticos deportistas promedio no toman todos estos factores en consideración cuando miran un juego de su equipo favorito. Por el contrario, se concentran en el mejor jugador del equipo y asumen falsamente que el éxito del equipo se debe a ese gran jugador.

Por desgracia, muchas de las iglesias visualizan al ministro de los jóvenes con esa misma mentalidad. Buscan el gran jugador (el obrero de los jóvenes) que puede salvar la franquicia (el ministerio de los jóvenes) y desarrollan un equipo ganador (voluntarios) que atraerá a los fanáticos (jóvenes). Una vez que el mejor jugador se identifica (ya sea un ministro nombrado o un laico voluntario), los dueños (la directiva de la iglesia, el comité seleccionado, el pastor principal) se concentran en otras actividades apremiantes de la organización (iglesia). Este tipo de escenario por lo general da por resultado una misión suicida para el jugador «estrella»

Este avanza con entusiasmo y practica (trabaja) incontables horas procurando alcanzar el éxito (muchos jóvenes y programas) para complacer a los dueños. Pero para complacerlos a todos, el  jugador tiene que correr (a menudo sin saber a dónde) tanto y tan rápido durante tanto tiempo que eventualmente se cansa y sufre un daño (se quema) y tiene que ser reemplazado (renuncia o lo echan). A estas alturas, los dueños se involucran y buscan otro gran jugador que rescate el equipo del desánimo. El ciclo comienza de nuevo para edificar sin fundamento porque el último gran jugador estrella sintió el deber de ganar por su cuenta.

Mi meta para este libro es dirigirlo a través de un plan para edificar un ministerio saludable de jóvenes que no dependa de un gran obrero de jóvenes y que no se destruya cuando esa persona se va de la iglesia. Espero que use mis experiencias, observaciones y conversaciones con cientos de obreros para infundir conocimientos a su ministerio para jóvenes que les ayude a ser saludables. Donde hay salud, hay un crecimiento eventual.

Un ministerio saludable de jóvenes es un ministerio de jóvenes con propósito (MJP). Sin embargo, tener un ministerio de jóvenes con propósito no significa sencillamente que tenga un propósito detrás de todo lo que hace. Quiere decir que persigue y refleja los propósitos que Jesús mandó y manifestó en la iglesia primitiva: el Gran Mandamiento y la Gran Comisión. Reconocerá los cinco propósitos como:

l. evangelización

2. adoración

3. compañerismo

4. discipulado

5. ministerio

Un ministro con propósitos tendrá programas y estructuras que reflejen estos propósitos. En los capítulos siguientes se usan nueve componentes esenciales para desarrollar un plano para edificar un ministerio saludable de jóvenes. Los cinco propósitos eternos forman el componente principal alrededor del que se construyen los otros. Estos nueve componentes son:

1. poder de Díos

2. propósito

3. potencial de la audiencia

4. programas

5. proceso

6. expresión de valores

7. padres

8. participación de lideres

9. perseverancia

Si sigue el plano, descubrirá una estrategia completa que funciona. MJP no es un molde que promueve «hazlo a mi manera porque es la única». El modelo MJP es un modelo, no es el modelo. Hay muchas maneras para desarrollar el ministerio de jóvenes, y Los buenos obreros estudian otros modelos eficaces que estimulan su pensamiento y aprenden a ser un ministro más competente. Si le avergüenza aprender de otra persona o ministerio, tiene un problema de orgullo (Proverbios 13:10). Díos honra los motivos de los humildes y de los que desean aprender, pero le duele el corazón de los orgullosos.

El ministerio de jóvenes con propósito no se deriva de la forma que el ministerio para jóvenes se hacía o se debe hacer, sino de cómo se está haciendo. Como obrero de jóvenes, estoy en la trinchera todos los días tratando de fortalecer estos nueve componentes en mi iglesia. Durante casi veinte años he vivido con la carga de la responsabilidad de desarrollar un ministerio para jóvenes que los prepare en lugar de ser un ministro de jóvenes que coordina actividades. No quiero dirigir programas, quiero discipular jóvenes. A través de estos años, he experimentado una amplia gama de éxitos y derrotas en mi empeño de edificar un ministerio saludable para jóvenes. Este libro es parte de una jornada continua para honrar a Dios mediante mi compromiso con la iglesia y Los estudiantes.

Es tanto para líderes del ministerio de jóvenes con solo unos cuantos jóvenes como también para aquellos que tienen cientos de ellos. Y está dirigido para voluntarios que recién comienzan tanto como para veteranos graduados de seminarios con veinte años de experiencia de en el ministerio para jóvenes. ¿Cómo puede ser posible? Es posible porque los nueve componentes se basan en su habilidad de tomar estos principios transferibles y aplicarlos al contexto de su ministerio para jóvenes. Su estilo de liderazgo, educación y experiencia práctica será importante a medida que interprete los principios y determine cómo usarlos para fortalecer su ministerio. ¡No trate de hacerlo solo! Lea el libro con un equipo que se comprometa a lograr un ministerio espiritualmente saludable. Entonces use las preguntas: «Hágalo personal», al final de cada capítulo, para motivarse mutuamente a alcanzar nuevos niveles de crecimiento personal y en Forma personal y grupal.

A continuación encontrará un repaso de los nueve componentes.

Primer componente
PODER DE DIOS
Obra mediante líderes apasionados con corazones puros

El ministerio saludable de jóvenes comienza cuando tomamos en serio el poder de Dios para nuestras vidas espirituales. Una conexión directa existe entre la vitalidad espiritual de un líder y un ministerio saludable de jóvenes. La preparación actual para el ministerio de jóvenes a menudo destaca mucho cómo hacer la obra de Dios y descuida cómo ser una persona de Dios.

Segundo componente
PROPÓSITO
Descubra por qué existe su ministerio y ejercítelo con comunicación y liderazgo.

Muy a menudo la mentalidad del ministerio para jóvenes consiste en «entra allí y comienza con algunos programas». Esta sección establece la importancia de crear un plano para su ministerio de jóvenes basándose en los cinco propósitos del Nuevo Testamento que mantiene una iglesia saludable.

Descubrir los propósitos es solo el comienzo. La verdadera salud comienza con su habilidad para comunicar los propósitos, y continúa a medida que aprende cómo poner liderazgo detrás de ellos de manera que la gente tenga un dirección interesante y una imagen de crecimiento.

Tercer componente
AUDIENCIA EN POTENCIA
Identificar qué jóvenes son los «objetivos» para los propósitos

Es común que un ministro de jóvenes establezca programas para jóvenes que no existen o que no consideran a los jóvenes que tienen diferentes niveles de consagración. Esta sección explicará cómo catalogar los diferentes niveles de consagración espiritual de los jóvenes de manera que sus programas sean más eficaces en el cumplimiento de los cinco propósitos del Nuevo Testamento.

Cuarto componente
PROGRAMAS
Decida qué programa alcanzará la audiencia en potencia y ayude a cumplir los propósitos de Dios

Los programas son el medio para alcanzar jóvenes de diferentes niveles y cumplir los cinco propósitos de la iglesia. La fórmula para crear un programa debe ser así:

Propósito + audiencia en potencia = Programa

Ésta sección detallada lo ayudará a enfocar la edificación saludable del orden de los propósitos, evangelización, compañerismo, discipulado, ministerio y adoración en su ministerio de jóvenes y en la vida de los estudiantes.

Quinto componente
PROCESO
Muestre sus programas para ayudar a los jóvenes a alcanzar una madurez espiritual

Los procesos permiten que los jóvenes vean dónde están situados en el plan del ministerio dc crecimiento espiritual. Debe diagramar un proceso como un embudo, un diamante de juego de pelota, una pirámide, o cualquier otra cosa que sirva como una marco para los propósitos y programas.

Sexto componente
EXPRESIÓN DE VALORES
Defina qué valores fortalecerán su ministerio y enriquezca sus propósitos

Todas las personas tienen valores, aptitudes, estilos y creencias que influyen en sus vidas. Un ministerio saludable de jóvenes identifica su valor clave y lo usa para fortalecer su ministerio. Cuando termine de leer estos componentes, sabrá que

· los propósitos revelan por qué existe su ministerio;

· la audiencia en potencia define a quién planea alcanzar ; · los programas destacan cómo intenta alcanzar su meta y cumplir su propósito;

· los procesos comunican hacia dónde quiere que los jóvenes vayan para lograr un crecimiento espiritual;

· la comunicación de valores muestra qué es importante para su ministerio; y,

· el poder de Dios determina cuándo va a suceder el crecimiento.

En este punto el libro cambia el énfasis de programación a personas. Los próximos tres componentes se concentran en los padres, los voluntarios y usted.

Séptimo componente
PADRES
Formar un equipo con la familia para obtener un ministerio más sólido con la juventud y la iglesia

Los ministerios para jóvenes no pueden ser saludables si están aislados de la familia. La estrategia necesita una atención cuidadosa para llevar al máximo el papel valioso que juegan los padres como socios para ayudar a los hijos a alcanzar su potencial espiritual. Aunque ni los jóvenes ni los padres quieren una integración total., hay algunas formas deliberadas para formar un ministerio de jóvenes que toma en cuenta a la familia.

Octavo componente
PARTICIPACIÓN DE LÍDERES
Buscar voluntarios y capacitarlos hasta convertirlos en ministros que cumplan los propósitos

Un ministerio saludable de jóvenes se basa en un fuerte liderazgo de voluntarios adultos que expresan su pasión por cuidar y dedicar tiempo de sus vidas ocupadas para edificar relaciones con jóvenes y ayudarlos a crecer en su fe. La salud comienza a emerger cuando los líderes adultos dejen de ser supervisores de actividades para convertirse en líderes.

Noveno componente
PERSEVERANCIA
Aprender cómo sobrevivir las abrumadoras responsabilidades, problemas de disciplina y la aventura del cambio

El ministerio de jóvenes es difícil. Como evidencia hay un alto grado de entrada y salida de los obreros de jóvenes. Esta sección se concentra en: administrar el tiempo, tratar con jóvenes problemáticos, contender con los problemas de la política en la iglesia y hacer cambios con sabiduría antes de que estos asuntos Lleven a la derrota. Estos capítulos de supervivencia se desarrollaron mediante años de experiencia y son ricos en pasión para ayudarle a correr y ganar en el ministerio de los jóvenes.

Aviso: A veces, mientras lea este libro, tal vez se sienta abrumado por la extensa cantidad de material que debe aprender y aplicar. Seguir las sugerencias enumeradas aquí le aliviará su ansiedad:

1. Busque el principio transferible detrás de cada idea. Usted puede leer una idea específica y decir: «¡No puedo hacer esto!» Sin embargo, usted puede transferir el principio general a la condición de su ministerio de jóvenes.

2. Reconozca que su horario, ayuda y recursos serán diferentes a los míos. Su habilidad para transferir principios variará de acuerdo a la disposición de tiempo, su habilidad para conseguir ayuda y la fortaleza de sus recursos.

3. MJP es un método de equipo. Ministro con un equipo de personas, y compartimos nuestros gozos y frustraciones. Puedo originar los principios y el liderazgo por ser la persona al frente, pero la aplicación es un proceso de equipo.

4. No compare su ministerio de jóvenes con los nuestros ni con cualquier otro. La comparación no es productiva, o se sentirá mal («Somos peores») o arrogante («Somos mejores»). Siempre perderá cuando compare lo que sabe acerca de sí mismo con lo que no sabe acerca de mio. Usted no puede ver todos los errores que he cometido y que me han ayudado a descubrir lo que sé hoy. Tome nota: A distancia, los demás ministerios siempre se ven mejor.

5. No se sienta culpable por las cosas que no está haciendo. En este libro verá muchas ideas y principios que hace veinte años, ni siquiera cinco, yo no estaba haciendo. A medida que procesa este material, tome !o que funcione y adáptelo a su ambiente.

6. Formar un ministerio de jóvenes saludable requiere tiempo. Roma no se fabricó en un día como tampoco se formará su ministerio para jóvenes. Sea paciente, realista y estratégico acerca de que principios asignar como prioridades. Tal vez le lleve dos años comenzar a ver la salud que desea ver Tómese su tiempo, construya con sabiduría, confíe en la sabiduría de Dios y no tenga miedo de obtener ayuda de otros.

7. Desarrollar un ministerio de jóvenes con propósito !o motivará. Tal vez no le sea fácil comprender e implementar de inmediato los principios de este libro. Quizá necesite marcar ciertas secciones y comentarlas con otros líderes de jóvenes. Mientras más revise un capitulo y piense en los principios, mejor los entenderá y aplicará.

Aunque existen varios libros para los ministerios con los jóvenes, no sé de ninguno que sea tan comprensivo y práctico como este. Muchos de los libros para estos ministerios que he leído son ricos en teoría, pero están escasos de práctica; rnuchos ofrecen una cuantas piezas del rompecabezas, pero dejan el resto para que los l~ctores lo descubrar~ por su cuenta. Usted encontrará que este libro es tan filosófico como práctico. Intenta dejarle algunos principios transferibles que se pueden aplicar a cualquier grupo de jóvenes sin considerar el tamaño, denominación, facilidades, recursos o liderazgo existente.

Bendiciones, Doug Fields

 

Del Libro: Ministerio de jóvenes con propósito
Autor:
Doug Fields, Editorial Vida

 

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Jóvenes Estrellas: Crecer de Golpe

A partir de la década del 90, en toda América Latina se ha incrementado notablemente el número de jóvenes que pasaron fugazmente la etapa de la adolescencia para ocupar, desde edades muy tempranas, roles que anteriormente estaban reservados a los adultos.

Haciendo una vista panorámica a nuestro alrededor podemos observar adolescentes cada vez más precoces, en situaciones que no están preparados para afrontar.

Jugadores de fúlbol cada vez más jóvenes, modelos publicitarias cada vez más chicas, madres que no llegan a los 14 años, hijos que sin llegar a la adolescencia son responsables del sostén económico de sus familias, líderes de grupos de música que no pasan los 15 años, etc, etc, etc. Todo esto como consecuencia de drásticas situaciones políticas y socioeconómicas, como también algunas estimuladas por los medios de comunicación y una sociedad que parecería no estar preparada para enfrentarse con el paso del tiempo y que sustenta la bandera de la «Eterna Juventud».

Pensemos en voz alta: ¿Dónde comenzó todo esto? ¿Quiénes empujan a los millones de chicos a borrar etapas? ¿Quiénes respaldan este oscuro plan que maltratará varias generaciones en el futuro? Parecería ser que por medio de la TV, revistas, radio, etc nos llevaron a pensar que la adultez no es signo de sabiduría, sino señal de decadencia, y que la imagen juvenil es un nuevo modelo de vida, que hay que mantener peleando con uñas y dientes. Este es un pensamiento que se ha fijado fuertemente entre nosotros.

 
  Nuestros jóvenes están siendo estimulados, seducidos y acorralados a ingresar en una rueda que no solo rotan los juguetes (objetos olvidados y tan necesarios), los compromisos y responsabilidades, sino también una vida mental y emocionalmente sana. Los chicos de hoy son acorralados a saltar escalones de su vida adolescente para convertirse en adultos precoces.

Los niños, a determinada edad, no están preparados para decidir por si mismos que es lo que más les conviene. Cabe aquí, la responsabilidad a los adultos de no empujarlos a convertirse en estrellitas televisivas, de no presionarlos a ser el nuevo ídolo del club o el soporte de toda la economía familiar.

La iglesia tiene que tener una mirada comprensiva y estar atenta a estas pautas de vida que lastiman y dejan heridas muy difíciles de sobrellevar.

Como buen argentino soy un amante del futbol, y tuve la oportunidad a los 13 años de jugar en las inferiores de un conocido club de la zona sur del Gran Buenos Aires. Mi recuerdo, de un tiempo no tan lejano, es medio borroso. Pero recuerdo con nitidez cuando les dije a mis padres que prefería quedarme con mis amigos jugando un «picadito» (como decimos en Argentina a un partido de futbol en el barrio) en vez de entrenar tantas horas. No estoy en contra de los sacrificios que se deben hacer en pro de un sueño, lo que no debemos permitir es que nuestros adolescentes y jóvenes se pierdan de vivir etapas tan necesarias para el fortalecimiento de su personalidad, el crecer acorde a su edad. Como dice la Biblia, «todo tiene su tiempo…». Doy gracias a Dios porque mis padres comprendieron lo importante que tenía que ser el tiempo de juego, y por así decirlo «de irresponsabilidades» que deben tener los mas jóvencitos. Ya llegarán tiempos en donde uno tendrá que hacer caso a las responsabilidades.

  La tarea de los Pastores y Líderes, dentro de sus posibilidades, es suministrar a los adolescentes de su grupo un ámbito de crecimiento saludable. Pero es importante saber que ellos están viviendo bombardeados por ideas de responsabilidades y competencia que no son sanas para su edad. Nuestra misión también como siervos de Dios es el ofrecerles medios para fomentar el crecimiento de sus capacidades, incentivarlos a desarrollar actitudes maduras en lo espiritual y emocional, que les servirán en el futuro para ser mejores personas frente a un mundo tan hostil.

Frases de padres diciendo: «Con mi pibe si que me salvo», o «Él no será como su padre; será un triunfador», etc, son pesadas cargas en los hombros de un niño que no está preparado para afrontar el por qué no debo ser como…, o la responsabilidad de salvar a alguien.

Hoy en día predominan los adolescentes estrellas como modelos de los más pequeños y de algunos adultos. Esto trae aparejado una cultura superficial e inmadura.

Recordemos con mucha seriedad que aquellos que vemos riendo en los últimos bancos de la iglesia serán quienes se ocupen del trabajo que estamos haciendo. Por ello allanémosle el camino y reservemos un buen lugar.

Por
Adrian Intrieri

Adrián es Licenciado en Psicología. Es parte del equipo de CertezaJoven y actual Gerente de Marketing de Certeza Argentina. Es autor y da conferencias en Argentina y toda América Latina.

 

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El Ministerio Juvenil Relacional

Los adolescentes están haciendo decisiones importantes que les afectarán el resto de sus vidas. La influencia a largo plazo con resultados duraderos, es el fruto de relaciones significativas y modelos de conducta importantes. La influencia positiva a largo plazo en la vida de los chicos vine de personas y no de programas. Probablemente vos estés en el lugar que estás porque varias personas significativas se ocuparon de vos basados en una relación personal. Para tener influencia en la vida de los adolescentes no necesitas ser un orador dinámico ni conocer a los músicos de rock más recientes, ni vestirte a la última moda. Sin embargo tenés que amarlos y estar dispuesto a pasar tiempo con ellos, eso es básicamente el ministerio juvenil relacional. Los líderes eficaces quizás no sean grandes comunicadores, no obstante, sí necesitan escuchar con atención y estar dispuestos a conocer a los chicos.

Nuestra fe cristiana está basada en una relación personal con Jesucristo. Si alguna vez vamos a tener una influencia positiva en los jóvenes, debemos establecer una relación con ellos y vivir nuestra fe delante de ellos. Aprendemos mejor por lo que observamos que por lo que nos enseñan, acá van 6 ingredientes para un ministerio juvenil dinámico:

Trabajo en equipo

Los jóvenes de tu iglesia y de tu comunidad, a menudo juzgarán lo atractivo y valioso del evangelio por las relaciones de los miembros del equipo de trabajo. Dedicá tiempo para establecer relaciones con los otros líderes y crecé en amistad con ellos. Estarás creando un modelo maravilloso para los chicos. El grupo está mirando, escuchando y a veces imitando el modelo de relación del equipo. Cuando el equipo desarrolle amor mutuo, apoyo y respeto el uno hacia el otro, entonces los jóvenes lo notarán y responderán.

Ser ejemplo

En definitiva, tu mayor influencia no será por la enseñanza con tus palabras, más bien será por medio de tus acciones, reacciones y estilo de vida. El apóstol Pablo fue tan lejos que dijo: «Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros» (Filipenses 3:17)

Amor incondicional

La verdad del evangelio dice: «Dios te ama no por lo que haces, sino por quién tú eres». Dios te ama incondicionalmente. La gracia penetra nuestra relación con nuestro Señor. Nosotros también debemos amar a los adolescentes con amor incondicional y «sin compromiso». Debemos aceptar que pueden fallar, y cuando fallen, necesitan contar con nuestro amor y estímulo que les ayude a evitar esos fallos. Tus acciones y tu amor incondicional a menudo serán el factor determinante para solidificar la fe de los chicos. ¿Cómo pueden ellos conocer la gracia y el amor de Dios si no lo ven de primera mano en las personas que son significativas en su vida? «Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad» (1 Jn.3:18). Las acciones hablan más que las palabras.

Nutrir

No hay tal cosa como madurez espiritual instantánea. La santificación es un proceso continuo, los jóvenes necesitan nuestra atención, tiempo y presencia. Para que un ministerio juvenil produzca un impacto real se requiere tiempo y nutrición.

Estoy convencido de que la razón por la cual tantas personas tienen impedimentos en su vida espiritual es que no les hemos dado suficientes nutrientes para formar vidas espirituales saludables. Una de las metas principales del ministerio juvenil es impulsar a los jóvenes para que se desprendan de las dependencia que tienen del líder juvenil, a la dependencia de Dios. Pero el proceso toma tiempo. Los jóvenes necesitan saber que sus líderes no los dejarán y los nutrirán para que lleguen a ser todo lo que Dios quiere que sean.

Encontrándose con los jóvenes en su territorio

Al entrar en el mundo de los jóvenes, ellos entenderán que estás interesado en ellos como personas y no como participantes de la iglesia. Uno de los aspectos más importantes en el ministerio es hacerles saber que vos te ocupás de ellos.

Invadir «su» mundo puede convertirse en un gran instrumento de evangelización. Los jóvenes te presentarán a sus amigos y a medida que la amistad evolucione ellos también querrán saber qué es el «grupo de jóvenes».

El trabajo de contacto personal (encontrarse con ellos en su territorio) es uno de los aspectos fundamentales del ministerio juvenil. Cuando asistimos a un juego de football, o un evento de la escuela, por lo general los chicos reaccionan con entusiasmo porque saben que estamos dispuestos a tomar tiempo de nuestro ocupado horario porque estamos interesados en ellos.

Invierte tiempo en los jóvenes

Los chicos necesitan adultos que les dediquen tiempo y atención. Para que el ministerio juvenil sea dinámico es necesario que los adultos le dediquen tiempo de calidad a los jóvenes. Los educadores de hoy hablan de un «plan de estudio escondido». Con esto ellos se refieren a que se deben emplear todas las oportunidades que hay fuera de clase para enseñar a nuestros jóvenes.

Cuando vos invertís tiempo con ellos, les estás demostrando que son importantes y que de verdad te ocupás de ellos. El fundador del ministerio «Vida Joven» solía decir: «es pecado aburrir a un joven con el evangelio». El evangelio de Jesús es la noticia más emocionante que el mundo jamás haya escuchado, y no obstante los jóvenes se alejan de la iglesia porque «es aburrida». Yo creo que las mayores razones por las cuales los jóvenes se van de la iglesia y dicen que es aburrida es porque nadie desea interesarse e invertir tiempo con ellos.

No podemos competir con lo último de la tecnología y los medios de comunicación para mantener el interés de nuestros jóvenes, sin embargo, hay una cosa que la televisión o los demás que compiten para captar la atención de los chicos no puede dar: «una relación de carne y sangre». Los jóvenes responderán a aquellos que genuinamente se preocupen por ellos y que estén dispuestos a invertir tiempo con ellos. La relación es la clave para un ministerio juvenil dinámico. Los mejores programas fracasarán, y los más interesantes planes de estudio nunca cumplirán su cometido si el enfoque primario en el ministerio juvenil no se edifica sólidamente, estimulando una relación positiva con la gente joven. La buena noticia para nosotros es que no es necesario ser un excelente comunicador o el productor de impresionantes programas; mas bien, necesitamos la disposición para invertir tiempo con nuestros muchachos y dejarles saber que nos preocupamos por ellos.

Del Libro: El ministerio Juvenil Dinámico
Autor:
Jim Burns, Editorial Unilit

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Lideres conforme al corazón de Dios

El Señor me ha permitido viajar mucho y he estado en contacto con diferentes culturas y maneras de pensar. He participado de diferentes actividades y he dedicado tiempo a meditar, a estudiar y a orar buscando discernimiento y nuevas ideas. Dios también me ha permitido hablar con personas más sabias, más experimentadas, más espirituales, más brillantes y con más lectura que yo, y cada vez me convenzo más: nada es más importante que el liderazgo.

 

Ejemplos versus Discursos

   Si le preguntas a cualquier miembro de cualquier iglesia cuál es la manera que Dios más ha usado para bendecir su vida, la mayoría no responderá que fue un libro, ni la Biblia ni una predicación. Si lo piensan bien y son honestos van a responder que lo que más ha influenciado sus vidas fueron personas.

Son personas las que te han ayudado a llegar hasta este lugar de tu tiempo y de tu historia. Seguramente la influencia más grande en tu vida vino de parte de las personas con las que te has podido relacionar. Será tu mamá o tu papá, tu pastor, tu líder de jóvenes, tus amigos o algún modelo de persona que te ha inspirado. Esas personas han sido la máxima influencia de tu vida.

Si ya estás en el liderazgo, probablemente tu estilo ha sido influenciado mucho más por los modelos de lide­razgo que has tenido que por alguna clase teórica de liderazgo, si es que tomaste alguna.

En la iglesia puede haber buenas enseñanzas teóricas, pero si no hay testimonios de vida las verdades bíblicas, quedarán en las cabezas y no se traducirán a la práctica. La iglesia del siglo pasado puso demasiadas esperanzas en las predicaciones y aunque muchos no quieran admitirlo, fracasamos. Lo digo como predicador: no es por medio de un discurso de cuarenta minutos frente a un micrófono que vamos a conseguir los resultados más consistentes; es a través dc relaciones. Los cambios los producen líderes que influyen en otros para que vengan a Cristo.

Dios te está llamando. Hasta ahora tal vez pensabas que el liderazgo es para los demás; o quizás lo considerabas un derecho exclusivo que te pertenecía sólo a ti. Ni lo uno ni lo otro: el liderazgo es para cada cristiano. He revisado varias definiciones de liderazgo, y todas tienen que ver con lo que se espera de cualquier cristiano.

Es cierto que algunos nacen con un paquete ideal para llegar al liderazgo y otros tienen un don espiritual particular. Cada uno será responsable por lo que pueda lograr con lo que recibe, pero lo cierto es que el liderazgo es para todos los nacidos de nuevo.

 

Visión versus Tradición

   En la aldea industrializada que es el mundo de hoy, se husmea con ansiedad por encontrar visión. Literalmente, son miles las conferencias acerca de visión patrocinadas por las grandes multinacionales alrededor del mundo. Los ejecutivos de las más grandes corporaciones están siempre en busca de visión. Proverbios 29:18 declara que «dónde no hay visión, el pueblo se extravía» y los líderes de los grandes bloques económicos están de acuerdo. El liderazgo efectivo siempre fue inspirado por una visión.

«La imaginación es más importante que el conocimiento», decía Einstein. Sin imaginación, el conocimiento lleva a repetir lo que otro o uno mismo ya hizo. Hay dos maneras de ganar experiencia: una es dejando venir al futuro, otra es creándolo. La visión tiene que ver con la fe. Es la convicción de lo que no se ve.

Escuchaste la historia del negocio que vendía bebidas en Atlanta y. por error, mezcló un jarabe dulce con agua carbonada en vez de agua simple? Al dueño, Sa Chandler, le gustó el sabor y decidió ponerlo como otra de las bebidas que se podía tomar en su negocio. La bebida estaba teniendo mucho éxito y se convirtió en la bebida preferida del lugar.

Un día uno de los clientes, B. N. Thomas, le preguntó a Chandler por qué no empezaban a producir la bebida en cantidad, para venderla en botellas que la gente pudiera llevarse a su casa. Chandler dijo que no iba a funcionar. Pero Thomas insistió y ofreció comprarle la fórmula y el derecho a vender la bebida. La gran suma que Thomas pagó fue de… ¡un dólar! La bebida se llamó Coca-cola, ahora el producto más famoso del planeta. Chandler no tuvo visión. Soltó un negocio multimillonario por no ver un poquito más allá de su pequeño negocio.

Dios es dador de visiones. Entre otras cosas, las iglesias crecen cuando tienen clara la meta a la que se proponen llegar. La ven; saben concretamente qué están queriendo lograr. Lo mismo ocurre en la vida individual. Si no has visto la imagen del rompecabezas terminado, es imposible armarlo.

¿Tienes una visión del reino? ¿Ves a Jesús sentándose en el trono de la vida de tu familia? ¿Lo ves levantándose con victoria sobre Satanás? ¿Lo ves con el puño cerrado reclamando su señorío sobre tu ciudad y con sus brazos abiertos diciéndole te amo aun al último pecador de tu barrio? La imaginación juega un papel fundamental. Necesitamos ver lo que Dios ve. Jesús nos enseñó a orar diciendo «venga tu reino». La pregunta es: ¿Lo ves venir?

No es casualidad que la Biblia termina con una revelación acerca del futuro. La visión nos ubica, nos enfoca. Los hombres y mujeres de Dios que recibieron una tarea de Dios para hacer, tuvieron una visión: vieron cumplida la obra de Dios, y se esforzaron y lucha­ron por eso.

 

Autoridad versus Tiranía

La segunda cualidad de un líder conforme a Dios es la autoridad legítima y apropiada que ejerce. Una vez quedé en medio de un embotellamiento en Brasil. Era un caos, parecido a los que se producen en la mayoría de las capitales latinoamericanas. Pero esta vez lo increíble era que algunos se estaban bajando de sus autos para agarrarse a trompadas; la mayoría se insultaba y tocaba las bocinas. La luz estaba verde para ambos lados y todos querían pasar al mismo tiempo. Tendrías que haber estado ahí para ver la histeria colectiva que se había armado. De pronto pasaron dos bicicletas a nuestro lado. Eran policías de tránsito y se ubicaron en el medio de la intersección de las dos avenidas. Hicieron sonar sus silbatos, detuvieron a los de una avenida y dejaron avanzar a los de la otra. Pronto el tumulto se liberó.

Yo me quedé pensando: estos policías eran dos muchachos jóvenes; no parecían tipos muy duros y hasta se veían graciosos en sus bicicletas. Con toda su fuerza no hubieran podido mover ni a uno solo de esos automóviles. Pero tenían algo que era mucho mejor que la fuerza: representaban la autoridad del departamento de policía. La gente reconoció eso y empezó a obedecer.

¿De dónde viene la autoridad del cristiano? Jesús lo dijo claramente:

Permanezcan en mi, y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por si misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mi.

Juan 15:4

La autoridad del cristiano es delegada, proviene de estar conectados con el departamento central de autori­dad; allí recibimos nuestros uniformes. La Biblia llama a esto ser revestidos por Cristo (Gálatas 3:27).

Un tirano es alguien que se considera con la prerro­gativa de determinar lo que sucederá y dispone de medios para obligar a los demás a someterse a él aun en contra de su propia voluntad. Alguien con «autoridad», en cambio, es capaz de persuadir a los demás para que hagan su voluntad deseando hacerla y reconociendo que es lo mejor. Estas definiciones se iniciaron con Max Weber, uno de los economistas y sociólogos clásicos. Es interesante que cuando aumenta la tiranía disminuye la autoridad, y viceversa. Es que son posiciones distintas, casi opuestas.

Tan opuestas como la vida de Saúl y David. A Saúl le fue dada autoridad pero terminó tiranizando al pueblo. Un caso evidente fue cuando sentenció a muerte al que comiera antes de que terminase la batalla. Sus ataques de ira, sus órdenes repentinas, sus celos amargos y sus manipulaciones para ser el número uno hicieron que el pueblo empezara a despreciarlo. En cierta ocasión culpó a sus súbditos más fieles de conspiración. Es que los tiranos empiezan a ver fantasmas; creen que todos compiten con él o ella y entonces hacen cualquier cosa para mantener el control y el poder.

David tenía autoridad. Con él nació la verdadera monarquía de Israel mucho antes de que lo coronaran en Jerusalén. Estaba en la cueva de Adulán cuando sus hermanos y familiares fueron a ponerse de su lado. También vinieron otros:

Además, se le unieron muchos otros que estaban en apuros, cargados de deudas o  amargados.  

1Samuel 22:2

David estaba siendo perseguido nada menos que por el rey de la nación. Él era el más pequeño de una familia como cualquier otra, no pasaba los veintitantos años (fue coronado recién a los treinta, 2Samuel 3.4), y sin embargo la gente que tenía problemas empezó a acudir a él. En él había algo que atraía. También se pusieron de su lado los sacerdotes. Cuando estaban escondidos en una cueva, Saúl entró para ir al baño (la expresión «entró a cubrir sus pies» en 1Samuel 24:3 se refiere a agacharse y cubrirse con su vestido hasta los pies mientras hacía sus necesidades). Era una excelente oportunidad para que David y los que estaban de su lado pudieran matarlo. No obstante, David se negó.

No sabemos cuántos estaban con David en la cueva, pero en ese momento el joven tenía unos cuatrocientos hombres bajo su mando. Estos no pueden entender que David no quisiese tomar el reinado por la fuerza. Es Dios quien debe dárselo y David se niega a conseguirlo por si mismo haciendo algo incorrecto. Los que están con él no pueden creerlo. Así, David aumenta su autoridad. Al enterarse, ni Saúl puede creerlo. Cuando se da cuenta de lo que ha pasado rompe a llorar y él mismo reconoce la autoridad de David: «Ahora caigo en cuenta que tu serás el rey, y que consolidarás el reino de Israel»(1Samuel 24:20).

David no le había pedido a esos hombres que lo siguieran. No les dio una clase teórica de autoridad ni les habló de someterse, pero dócilmente se sujetaron a su liderazgo. ¿Por qué? Porque David estaba ungido por Dios y porque estaba protegido por su vida de adoración e intimidad con Dios.

Un dictador puede gobernar con mano de hierro usando el poder para forzar a la gente a hacer su voluntad. Usa la ignorancia, la amenaza y la intimidación. La gente le teme, no le ama.

Un líder conforme al corazón de Dios y lleno del Espíritu Santo tiene una vida que inspira a seguirlo. La gente lo ama, no le teme.

Yo fui privilegiado de tener a alguien que me mostró esta verdad cuando era joven; Jorge Ibarbalz me dio mi primera lección de autoridad en vez de tiranía, y siempre le voy a estar agradecido por eso.

 

Sacrificio versus Privilegio

Para el mundo, la vida es una carrera en busca de prestigio. Para nosotros que somos cristianos debe ser una de servicio. En teoría lo tenemos claro, pero, ¡cuánto nos cuesta aplicarlo a la vida de nuestras iglesias y ministerios! Algunos ministros parecen sentirse estrellas de Hollywood; ni hablar de algunos músicos cristianos, sobre todo en los lugares donde alcanzan mucha popularidad.

Debemos reemplazar esta tendencia al exitismo por el estilo de Cristo. Desde el primer acto de su vida hasta el último se caracterizan por la humildad y el servicio. Nacer en un establo de Belén fue todo un antecedente para marcarnos su camino. Su vida y ministerio estu­vieron caracterizados por la entrega sacrificada y, por si nos quedaba alguna duda, murió en una cruz «sacrificándose» por nosotros.

Lo más claro que dijo Jesús respecto al privilegio fue cuando la mamá de Jacobo y Juan se acercó a él para pedirle que sus hijos se sentasen a su izquierda y su derecha cuando viniese en su reino. Jesús llamó a los discípulos al fueguito y les dijo:

El que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor, y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de los demás;
así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos. 

  Mateo 20:26-28

El apóstol Pablo entendió lo que Dios pide, y por eso daba este testimonio:

Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo,
experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte.
Filipenses 3:10

¿Participar en sus sufrimientos? ¿De qué está hablando Pablo? De sacrificio. En nuestra cultura del placer y la gratificación instantánea hemos tratado de borrar esta enseñanza bíblica. A veces la borramos conscientemente cuando hablamos desde el pálpito porque no suena muy atractiva para nadie, y menos para nosotros que debemos dar el ejemplo. Preferimos hablar de Dios como si fuera Papá Noel que le trae regalitos a los que se portan bien.

Cuando James Calvert fue como misionero a los caníbales de las Islas Fidji, el capitán del barco trató de convencerlo de que era una locura lo que estaba haciendo: «Perderá su vida y la vida de aquellos que están con usted si van a predicarles a esos salvajes.» Pero Calvert le respondió:»Nosotros ya morimos antes de venir aquí.»

¡Guau! Calvert si que entendió las palabras de Jesús, cuando dijo:

Porque el que quiera salvar su vida, la perderá;
pero el que pierda su vida por mi causa y por el evangelio, la salvara. 
Marcos 8.35

Quizás estés pensando que esto es muy extremo y peligroso. ¡Te doy la bienvenida al cristianismo! Si queremos estar siempre pendientes de nuestros privilegios y de salvar nuestro pellejo, vamos a perder nuestra vida cristiana. No estoy hablando de salvación pero sí estoy hablando de vida, verdadera vida.

David estuvo dispuesto a sacrificarse Cuando fue a enfrentar al gigante. Puso en juego su reputación, su integridad física y su futuro. Saúl, en cambio, estaba enamorado de los privilegios; por eso no salió del campamento: estaba muy cómodo con sus títulos y su cortejo.

Para salir del atasco espiritual, social, económico o intelectual uno debe sacrificarse, debe pagar un precio. Lo mismo es cierto para la iglesia. Para que haya vida nueva conforme a lo que Dios quiere, tú y yo debemos estar dispuestos a sacrificarnos. Dios espera que renunciemos a nuestra comodidad y a la búsqueda de privilegios y que Vivamos por compasión a los que necesitan de Dios y por amor del nombre de nuestro Señor. El servicio sacrificado es una Ventana al cielo que siempre debe estar abierta.

 

Del Libro: Viene David
Autor: Lucas Leys , Editorial Certeza

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La Meta de la Comunicación

Comunicarte mejor va a ayudarte a estar más cerca de tu adolescente. Conocer como es el proceso de comunicación, qué es lo que nos impide comunicarnos bien y como podemos llegar a comunicarse en forma profunda son las temas que te brinda este artículo.

  • La comunicación afecta TODAS las relaciones de nuestra vida. Una mejor comunicación puede hacer que el adolescente se relacione mejor con Dios, con su familia, con sus amigos y hasta el día de mañana con su pareja.
  • La comunicación evita muchos PROBLEMAS graves. Seguramente recordaras algún episodio donde por «entender cualquier cosa» te metiste en un problemón tu o tu grupo de adolescentes.
  • La comunicación nos ayuda a amar realmente a nuestro prójimo. Cuando hablamos con los otros en forma «comprometida» y sin todos los filtros que llevamos incorporados activados podemos realmente llegar a la otra persona y meternos en su mundo, sentir lo que ellos sienten, y responder a sus necesidades.
  • Comunicarte bien mejora tu liderazgo. Es super importante que aprendamos a relacionarnos con nuestros chicos. Ellos nos tienen como modelo y es nuestra responsabilidad mostrarles que sabemos dialogar siendo franco con los desacuerdos pero afirmando a la persona.
  • La comunicación nos da un grupo de pertenencia saludable. Cuando aprendemos a comunicarnos «en serio» nuestras relaciones crecen. Podemos conocer al otro y el otro nos conoce en forma sincera y sin temor al rechazo. Buscar un grupo de pertenencia que nos contenga, anime y que ore por nosotros es muy importante para crecer en nuestra vida cristiana. Esta es una verdad que debes tener en cuenta para tu vida personal, y también es un desafío para los adolescentes para que sigan creciendo hasta… alcanzar la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Amen.

Esperamos que puedas aprovechar este artículo. Es un capítulo del libro «13 tentaciones que enfrenta tu familia» de Tom Eisenman. ¡Que lo disfrutes!


La falta de comunicación no significa que nadie este hablando. Tal vez hablan, pero no de las cosas que realmente importan. La meta de la comunicación es aprender a entrar en el mundo de significados unos de otros. La verdadera comunicación se da cuando las personas se encuentran y se comprenden realmente, por medio de un complejo proceso de expresión mediante palabras, gestos faciales, entonación, lenguaje corporal y contacto visual.

Aprender a comunicarnos mejor unos con otros aumenta nuestra experiencia de amor compartido. John Powell dice que la comunicación comienza con la conversación de bajo riesgo que incluye las frases rituales comunes y el informe de hechos. Desde allí comenzamos a asumir mayores riesgos al compartir ideas, juicios y emociones honestas. Finalmente, nuestra comunicación madura hasta el punto en que comenzamos a disfrutar de experiencias máximas de absoluta apertura y honestidad. Estos tipos de comunicación se caracterizan por no enjuiciar, por la ausencia de temor, por la honestidad en la expresión de las emociones y por ser mutua, de ida y de vuelta.

David Augsburger considera que este proceso pasa por etapas de maduración. Comienza por la que él llama etapa de expectativa. Los filtros de nuestro pasado dominan esta etapa temprana del proceso de comunicación. Las expectativas acerca de la vida y de los otros filtran lo que oímos y tiñen lo que decimos, de manera que es difícil la comunicación clara y abierta. Durante esta etapa es común recurrir a la manipulación. Persuadimos, seducimos, presionamos, evadimos y evitamos a otros para obtener lo que queremos.

Mas tarde, a medida que maduramos, descubrimos la comunicación como invitación. Comenzamos a renunciar a la manipulación a medida que desarrollamos las habilidades y disfrutamos de los beneficios de escuchar, invitar y ayudar a la otra persona a expresarse.

Para Augsburger, la comunicación madura es él dialogo. Este consiste en la comunicación honesta, reciproca y respetuosa. El verdadero diálogo incluye ser franco con los desacuerdos pero expresando siempre total confirmación del otro como persona. Este nivel de comunicación se basa en una profunda confianza en que cada parte puede arriesgarse a ser completamente vulnerable. Tanto Poeltt como Ausburger creen que la meta ultima de la comunicación en una relación cada vez más madura es experimentar una comunión honesta e intima de nuestros mundos personales.

Comunicar no es solo palabras
En la comunicación hablada hay tres aspectos: el verbal, el vocal, y el visual. El aspecto verbal es el contenido o las palabras que pronunciamos. El vocal incluye como coloreamos lo que decimos por medio de la entonación, el volumen y el timbre de voz. Los aspectos visuales incluyen el lenguaje corporal, los gestos, las expresiones faciales y el contacto visual. Las investigaciones han demostrado que la comunicación se recibe con mayor exactitud y se acepta mejor cuando esos tres elementos son congruentes, es decir, cuando todos los aspectos están diciendo aparentemente lo mismo. Cuando hay incongruencia, enviamos mensajes cruzados. Nos comunicamos mal. Es un error pensar que lo que más cuenta en la comunicación son las palabras que decimos. En realidad, el elemento verbal trasmite solamente el 7% de nuestro mensaje. El elemento vocal contribuye con un 38%. Y el visual es responsable del 55% del impacto total de lo que decimos… Captamos mucho mas a partir de la entonación, el lenguaje corporal y la expresión facial que a partir de las palabras.

Los aspectos fisiológicos complican aún mas este proceso. Al hablar, nuestro mensaje pasa por un peculiar filtro en la otra persona, llamado hipotálamo o cerebro primitivo. Este es el asiento de las emociones humanas. Es la porción más primitiva del cerebro y esta localizado en la base del cerebro y en el sistema límbico. Desde allí, nuestro mensaje viaja hasta la corteza cerebral, para ser procesado en forma analítica. Allí se encuentra el asiento del pensamiento consciente, la memoria, el lenguaje, la creatividad y la toma de decisiones. Cuando hablamos, invariablemente dirigimos el mensaje a esa porción del cerebro, donde ocurre el pensamiento cognitivo y la toma de decisiones. Pero para llegar hasta allí, la comunicación tiene que pasar antes por el cerebro primitivo. Los investigadores creen que este actúa como una estación de control de todos los estímulos que llegan y que allí se determina que información pasara al cerebro para análisis y cual será rechazada o ignorada. Hoy el hipotálamo clasifica la realidad de manera muy similar a como lo hacia en los primeros seres humanos. «Olfatea» el medio, haciendo preguntas subconscientes como ¿hay peligro? ¿Conviene que me quede? ¿Debo huir? ¿Es amistosa la otra persona? ¿Puedo confiar en ella? Si nuestras indicaciones no verbales sugieren que somos falsos, amenazadores o que estamos proyectando una imagen, el hipotálamo modifica nuestro mensaje verbal en la mente de la otra persona. La otra persona recibe nuestro mensaje y lo edita de acuerdo a los indicadores emocionales que ha captado. Rara vez tenemos conciencia de la cantidad de unidades de información sensorial que estamos enviando y que están siendo leídas por el cerebro primitivo de la otra persona… Un ejemplos, cuando uno tiene un profundo interés en algo, es probable que eleve demasiado el timbre de voz, inconscientemente, y exprese las palabras con demasiada intensidad. Uno piensa que sencillamente esta expresando sus ideas en forma clara y con el énfasis adecuado. Pero la intensidad puede ser interpretada por el otro como ira o como si uno estuviera fuera de control y no resultara confiable. No nos escuchará, porque transmitimos cierto nivel de amenaza.

Con todo, podemos aprender acerca de los aspectos en la comunicación que obstaculizan el diálogo abierto. Podemos aprender a expresar honestamente lo que pensamos y sentimos de tal modo que el contenido verbal sea congruente con nuestra expresión vocal y visual. Reconocer estas dificultades inherentes a la comunicación nos ayudará a transmitir el mensaje que realmente queremos dar.

Como entrar en el mundo del otro
Todos tenemos una historia familiar de interacción que nos parece normal, natural y correcta. Nuestra historia personal genera expectativas, que están presentes en todos nuestros intentos de comunicación. Estas expectativas acerca de la vida y la gente se han ido desarrollando en cada uno de nosotros, comenzando con las primeras experiencias de vinculo y continuando a lo largo de la infancia, la adolescencia y hasta la vida adulta. Con frecuencia no vemos la trama cultural que controla las expectativas que tenemos al hablar y al escuchar. Es como si hubiéramos sido hipnotizados por nuestro pasado y ahora respondemos a ciertas indicaciones que nos llegan de la manera que responderíamos a sugerencias hipnóticas.

Nuestras experiencias de vida nos llevan a construir reacciones esquematizadas. Sencillamente hacemos lo que sabemos que nos ayudó a sobrevivir en el pasado. El problema es que a menudo la gente que nos rodea saben poco de nuestra historia. No tienen la menor idea de por que reaccionamos como lo hacemos ante cierta palabra, todo de voz o actitud…

Es difícil ver, por nosotros mismos, cómo nuestras expectativas tiñen nuestra comunicación, porque simplemente las exteriorizamos sin siquiera pensar en ellas. Pero cuando permitimos que otra persona nos diga honestamente los problemas que le causa nuestro estilo de comunicación, podemos comenzar a soltar la innecesaria carga del pasado que limita nuestro diálogo actual. Tal vez su padre siempre le dio el tratamiento de silencio cuando estaba enojado con usted. Ahora, cuando alguien cercano a usted (pareja, amigo, familiar) esta callado, usted piensa que seguramente esta enojado con usted. Él le explica que no necesita estar conversando con usted para sentirse cerca. Esa es su forma de ser. Usted acepta su explicación. Aprende algo nuevo acerca de sus mundo diferentes, y nace un nuevo nivel de intimidad y conexión en su relación. Tal vez, cuando era niño, usted siempre encontraba más seguro decirle a su madre lo que ella quería escuchar en lugar de decirle la verdad. Cuando intentaba ser honesto con ella, ella explotaba y lo castigaba. Ahora usted repite ese patrón… Nuestro trasfondo personal determina en gran medida lo que decimos y como lo decimos. Al interactuar con sensibilidad, podemos aprender de qué forma nuestro estilo comunicacional ha sido modelado por nuestras experiencias pasadas y qué aspectos no funcionan favorablemente en nuevas relaciones.

Nuestro trasfondo también opera como un filtro de lo que otros nos dicen. Tenemos que tener conciencia de cómo filtramos lo que entra, por que reaccionamos de la manera en que lo hacemos ante ciertas palabras, gestos, posturas, actitudes… reacciones que con frecuencia desconciertan. A medida que caen las barreras, habrá menos malos entendidos dolorosos y usted logrará un dialogo mas profundo y autentico.

 

Del Libro: 13 tentaciones que enfrenta tu familia 
Autor:
Tom Eisenman, Editorial Certeza Argentina

 

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Cómo planear Charlas Creativas

Cuando yo estaba recién salido del seminario, mi primera clase de escuela dominical tenía cuatro jóvenes de la escuela secundaria, tres muchachas y un varón. Ellos estaban sentados en un cuarto donde cómodamente podrían sentarse 200 personas. Mientras leía torpemente mi lección, una muchacha miraba un libro, mientras otra se sentaba en las piernas del único muchacho que había en el aula y se rieron durante toda la clase. Marcia fue la única que de verdad me escuchó y después de la clase me dijo que su familia se estaría mudando la semana próxima. Después de «ese compromiso para dar esa charla», seriamente puse en duda mi llamado a pararme otra vez delante del auditorio.

Sin embargo, si vamos a trabajar con jóvenes debemos hablarles. No siempre tiene que ser una experiencia desastrosa. Hablar eficazmente a los jóvenes es 10% inspiración y 90% transpiración. Por eso, estoy convencido de que no hay muchos oradores de jóvenes excelentes. Pocos están dispuestos a comprometer el tiempo y la energía que toma conmover a un auditorio joven.

Este capítulo no está escrito para causar un sentido falso de culpa. Yo estoy muy consiente de lo que representa preparar tres charlas para el mismo grupo de jóvenes cada semana. Cuando mi profesor de oratoria en el seminario nos retó a estudiar una hora por cada minuto de los que íbamos a estar en el púlpito o en el aula, yo no le creí hasta que completé mi primera semana de ministerio juvenil en la iglesia. En este capítulo quiero cubrir lo fundamental de una buena oratoria para los jóvenes y como preparar material de calidad en un corto tiempo. También quiero mirar la mayoría de los ingredientes necesarios para hablar eficazmente, más importante que las palabras que salen de su boca.

Excelencia contra perfeccionismo

Un buen orador de jóvenes tiene que estar comprometido a la excelencia. Sin embargo, no debe ser un perfeccionista. Las personas que trabajan en la iglesia y dan unas cuantas charlas a la semana junto a otras responsabilidades de los jóvenes, no se pueden dar el lujo de ser perfectos, simplemente no hay suficiente tiempo.

Sin embargo, un horario ocupado no es una excusa para dar un mensaje aburrido. Tony Campolo dice:

«La predicación mediocre es responsable de muchas presentaciones pobres del evangelio y la pérdida de muchas oportunidades para llevar al pueblo al reino de Dios».

El compromiso a la excelencia en la oratoria quiere decir, tomarse el tiempo de honrar a tus jóvenes con preparación. Cuando un orador se para frente a un grupo de personas y habla por un periodo de tiempo, tiene el raro privilegio de tener a las personas realmente escuchando lo que estás diciendo. Si la presentación no ha sido bien pensada o preparada, entonces el orador está robando a los oyentes el tiempo precioso que ellos podrían emplear en alguna otra cosa.

Actitud

Yo no estoy muy cómodo con la palabra «orador» porque trae a mi mente imágenes de una persona dinámica, bien parecida, poderosa, motivadora e increíblemente hábil parra expresarse, que conmueve a un auditorio con la belleza de su presentación. Todos estaríamos buscando nuevos trabajos, incluyendo a la mayoría de los padres de nuestra fe, si esta fuera la descripción del trabajo de un buen orador. Yo estoy más cómodo con la palabra «comunicador» porque le da menos importancia al hablar y mas al ambiente total de expresar el mensaje.

Estudios indican que en el arte de la buena comunicación y la persuasión, la actitud es mucho más importante que las palabras. Todos nosotros hemos escuchado presentaciones de oradores mediocres, pero hemos sido conmovidos por la integridad de la persona. Hay momentos en que he escuchado un sermón y he sido conmovido hasta las lágrimas más por la pasión y el entusiasmo del orador que por las palabras.

Si tú quieres hablar a los jóvenes con eficacia debes vivir lo que enseñas y comunicar el hecho de que genuinamente te preocupas por ellos.

Tu actitud es el factor decisivo en si alguien te va a escuchar o no.

Los jóvenes responden mucho mejor al mensaje no verbal que la presentación verbal. Yo estuve hablándole a un grupo grande de una denominación, en la cual dos oradores principales habían sido puestos uno detrás del otro. Un profesor iba a dar un discurso de 45 minutos, entonces una canción, y después yo. Sobra decir que fue una manera patética de poner a los oradores. El profesor se paró para dar su discurso ante una gran muchedumbre en este gran centro de convenciones. Él tomó su discurso de 14 páginas muy bien escritas a máquina y lo leyó completo. Nunca se dio cuenta de los rollos de papel sanitario que volaban por el balcón. Cuando estaba llegando al final, por lo menos la mitad de los muchachos estaban hablando y muchos caminaban alrededor del auditorio. Estoy convencido de que algunos de ellos ni siquiera se dieron cuenta cuando él se sentó.

El contacto visual es tan importante como las palabras.

Si te estás preguntando qué me pasó ese día; yo reduje mi discurso de 45 minutos a 20 con una historia de la Escritura y unos puntos humorísticos y un punto serio. Todavía no estoy seguro de si su ovación fue por mi mensaje o por el hecho de que ellos querían salir del centro de convenciones para el receso.

El mensaje no verbal del contacto visual de una sonrisa, de una lágrima o aun de tu pose, es lo que hace la diferencia entre un buen orador y uno mediocre. Usar notas está bien, pero conoce bien tu material para que las mires pocas veces. Cuando hablas a los muchachos debes pasar detrás del púlpito el menor tiempo posible. Cualquier cosa entre tu auditorio y tú se convertirá en un medio para una buena comunicación.

Ethos, Pathos y Logos

Hay tres palabras griegas que nos ayudan a entender la importancia de nuestra actitud en el mundo de la comunicación con los jóvenes y estas son: ethos, pathos, y logos.

Cada charla a una persona joven debe tener todos estos elementos dentro del discurso. Ethos es el factor de credibilidad. Los jóvenes se preguntarán: «¿Puedo confiar en usted?» Nuestra palabra «ética» viene de ethos. ¿Somos personas éticas? ¿Creemos nosotros que estamos alentando a los jóvenes a creer? ¿Hay evidencia en nuestra vida y presentación que podemos ser confiables?

El segundo elementos el pathos. Esta palabra connota empatía. Los jóvenes se preguntan: «¿Usted de verdad se preocupa por mí?» «¿Me entiende?» Para hablar con eficacia a los jóvenes debemos ganarnos el derecho de ser escuchados. Yo me he dado cuenta en nuestro grupo de jóvenes, que si me reunía con uno de ellos durante la semana e él sentía que yo me preocupaba, él se sentaba más cerca del frente. Cuando hablamos a nuestra gente, ellos deben saber que los queremos y que nos identificamos con ellos.

El tercer elemento de la actitud en la comunicación es logos o la Palabra. Si los muchachos saben que somos sinceros y que los queremos, entonces nosotros les podemos dar la verdad. La proclamación de la Palabra es esencial, pero recuerda que a las personas no le importa cuánto sabes hasta que ellos conozcan cuánto te preocupas por ellos. Asegúrate de que cuando presentas la Palabra, lo haces en un nivel que los jóvenes entienden. Yo resumiría estas tres palabras, ethos, pathos y logos, en una simple oración: Siempre sé tú mismo, siempre ama a tu auditorio y siempre haz tu tarea.

Organiza tu mensaje

El consejo más importante que te puedo dar para cuando prepares un mensaje es que seas sencillo. La sencillez es el factor principal en una buena presentación. Creo que la razón por la cual recordamos tan bien las palabras de Jesús es porque eran sencillas. Jesús usó frases cortas. Él le hablaba a la persona común. El Sermón del Monte es brillante por su sencillez.

El segundo consejo es que seas breve. Sólo porque la clase de la escuela dominical dura una hora no quiere decir que tengas que hablar la hora completa. Debido a la invasión de los medios de comunicación en la vida de los jóvenes, su capacidad de concentración es alrededor de diez minutos.

 

La idea central

Cuando prepares un mensaje necesitarás saber exactamente lo que quieres expresar a tu auditorio. Muchas personas dan charlas a los jóvenes con sólo una idea vaga del tema de su mensaje. Escribe en pocas palabras tu idea central. Tendrás que ser sencillo y directo. Estas son dos ilustraciones:

El llamado a Cristo es el llamado a servir, y Tú eres lo que tú piensas. Tus ideas principales pueden ser un poquito más largas que estas dos, pero tú quieres que la gente se acuerde de la idea central. Aquí hay un ejemplo para una idea central más larga. Las decisiones que hagas hoy te afectarán el resto de tu vida.

Una vez que hayas desarrollado tu idea central o tema tú debes ver el cuerpo de tu charla. El cuerpo consistirá de una introducción a la idea central, puntos principales, aplicación, y conclusión.

La introducción a cualquier charla es lo más importante.

 

Todo tu auditorio no estará ansioso por oír lo que vas a decir. Ellos vienen al grupo de jóvenes con otras cosas en mente. Algunos han tenido peleas con la familia. Otros están exhaustos por no dormir y algunos vienen a la reunión porque quizás ven el potencial de poder salir con alguien. Otros no están seguros de que lo que dices vale la pena. Tu introducción debe realmente captar la atención. Necesitarás en muy poco tiempo (en los primeros 30 segundos) ayudarlos a hacer la decisión de escuchar lo que tienes para decir. Puedes darles una estadística sorprendente, una pregunta punzante o relatar una anécdota interesante para crear curiosidad en ellos. Cualquier cosa que escojas varía tu método y hazlo interesante. Convéncelos en los primeros treinta segundos de que necesitan quitar su mente todo lo demás y que te escuchan. En esa introducción debes presentar la idea central.

Después de la introducción puedes desarrollar la idea central con uno o varios puntos principales. Para los jóvenes, mientras más puntos tengas más confuso será el mensaje. Asegúrate de que el punto principal explica detalladamente la idea central. El punto principal, por lo general, incluirá una escritura de la Biblia, una explicación y una ilustración. El trabajo real del cuerpo principal es exponer la idea central.

Nosotros cometemos un error cuando ahogamos a los jóvenes con demasiados puntos.

Cada charla debe tener una aplicación. Esto es lo que a mí me gusta llamar el «¿y que?« de la charla. Debemos dar a los jóvenes oportunidad para contestar. Si tú estás hablando acerca del hecho de que «el llamado a Cristo es el llamado a servir», entonces después de la charla debes tener una hoja para que firmen para la próxima misión o proyecto de servicio. La comunicación verdaderamente efectiva trae resultados.

La recta final

La conclusión de la charla es lo que los jóvenes verdaderamente recordarán toda la vida. Por eso a mí me gusta terminar con mi ilustración más poderosa y conmovedora que apunte hacia mi idea central. Algunos maestros de la oratoria nos dicen que aquí es donde debemos dar la ilustración directa. Algunas reglas que se deben seguir cuando estás haciendo la conclusión son:

Si dices «en conclusión», dilo en serio. Todos hemos pasado por la experiencia cuando un orador dice: «Ahora para terminar» y después sigue hablando otros quince minutos. La mayoría de la gente se fue a la casa mentalmente después de haber oído la primera vez «para terminar».

Otro principio vital (a menudo roto por los pastores) es concluir a tiempo. Si has anunciado que la reunión se va a terminar dentro de cierto tiempo, entonces termina en ese tiempo. Los muchachos se pondrán inquietos y no escucharán porque ellos han comprometido sólo cierta cantidad de tiempo. Ellos tienen otras cosas en sus mentes tales como tareas, los padres que los vienen a recoger, una salida u otras cosas. Mi sugerencia es ir corto más que largo. Es mejor tenerlos pidiendo más y no mirando el reloj preguntándose cuándo se terminará el mensaje.

 

 

LA EVOLUCIÓN DE UNA CHARLA

Ilustraciones de apertura

La idea central

¿Cuál es el tema de tu mensaje? (Una oración. Hazlo corto y directo.)

Introducción

Tú ganarás o perderás la atención de los jóvenes en los primeros 30 segundos. Necesitarás algo que atraiga su atención.

Puntos principales

¿Qué puntos principales apoyan la idea central?

Escritura

Ilustración

Explicación

Aplicación

¿Y ahora qué? ¿Cómo esto se aplica a mi vida, y qué puedo hacer?

Conclusión

La ilustración más poderosa (directa) que apunte hacia la idea central.

¿Qué deseas que ellos recuerden?

 

 

Dónde encontrar material?

El reto de estar siempre dando material fresco a los jóvenes es extremadamente difícil. Uno de los errores de los que trabajan con jóvenes es no desarrollar un buen sistema de fuentes. Enumerado abajo hay ideas que indican dónde puedes encontrar material.

  1. Saca de tu propia experiencia de la vida. Cada día experimentas algo que puede darle significado a tu mensaje en el futuro. Haz un hábito llevar una libreta y anotar ideas potenciales. Recibirás ilustraciones e ideas de conversaciones, lecturas, de observar a las personas, de la televisión, los periódicos y un sinnúmero de otras fuentes.
  2. Lee libros escritos para jóvenes. Una de las fuentes más grandes de material viene de libros escritos por personas que escriben para jóvenes. Ellos por lo general son comunicadores sobresalientes para los jóvenes, y han pasado años desarrollando su material. No cometas plagio, pero usa la perspicacia de ellos.
  3. Lee la Biblia. Mi meta es leerla completa como devocional una vez al año. Cuando leo las historias en las Escrituras, vienen a mi mente ideas que quiero compartir con los jóvenes en el futuro.
  4. Escucha casetes o cintas grabadas. Si deseas ser un gran comunicador, escucha casetes de los mejores oradores que conozcas. No sólo estarás inspirado, sino que los casetes son buena fuente de material. Debes tener el cuidado de desarrollar tu propio estilo y no imitar el estilo de oratoria de tu comunicador favorito. Sé tú mismo.
  5. Habla con los jóvenes. Continuamente pregúntales qué es importante para ellos. A mí me gusta hacerles esta pregunta: «Si ustedes fueran a hablarle a un grupo ¿qué les quisieran decir?» Haz preguntas sobre su cultura, su música y sobre las cosas que les gustan y las que no les gustan.
  6. Lee comentarios. De manera que puedas comprender mejor la Palabra de Dios, lee comentarios hechos acerca de la Biblia. Muchas veces los autores darán detalles que tú no conocías o una ilustración que es perfecta para tu charla.

 

Del Libro: El Ministerio Juvenil Dinámico
Autor:
Jim Burns, Editorial Unilit

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Los Espejos

En nuestra cultura, la adolescencia no es algo que ocurre de golpe. Algunos padres recién se dan cuenta de que sus niñas se hicieron adolescentes cuando al entrar a su casa se encuentran con ese peludo, que hace apenas un mes llegó a la iglesia, tirado en un sillón.

Las referencias que orientan al adolescente que busca su identidad van cambiando. Los padres todavía son un espejo importante, que les refleja quiénes son y cuánto valen; pero, poco a poco, el grupo de amigos toma cada vez más importancia.

Los padres

Este proceso es como un camino sinuoso, donde el uso de los mecanismos adaptativos y la búsqueda de un grupo de pertenencia presenta altibajos. Daremos un resumen de las etapas que atraviesa la relación entre padres e hijos:

  1. El niño entra en la adolescencia a la edad de 11, 12 ó 13 años. Sigue dependiendo mayormente de sus padres para satisfacer sus necesidades físicas, emocionales y espirituales. En esta etapa, los padres, pese a ser duramente evaluados, pueden seguir siendo el modelo y ejemplo de los hijos.
    Mientras se lleva a cabo la transformación física y sexual comienza una etapa de confusión emocional. En este periodo el adolescente puede llegar a avergonzarse o hasta acomplejarse, si no comprende que sus cambios son normales. La autoestima es alimentada especialmente por los padres.
    No es raro que sienta melancolía y que muestre cambios dramáticos en los sentimientos. En esta etapa los padres pueden proporcionar estabilidad, mostrándose disponibles para hablar sobre los cambios físicos.
  2. Los adolescentes empiezan a pensar más por sí mismos. Los padres suelen cometer el error de confundir diferencias de opinión con rebeldía, lo que ocurre es que los hijos se tornan más independientes en su manera de percibir el mundo. Es importante escuchar sus opiniones con paciencia. Si tenemos presente qué es lo que está cambiando en cada etapa, podremos entender qué hay detrás de lo que dicen.

Necesita

“practicar”

ser individuo

Una madre resumía su queja: ‘Yo digo que está nublado y él dice que salió el sol.’ Con cariño le expliqué a esta señora lo que su hijo estaba viviendo y le aconsejé no tomarse tan seriamente esos comentarios. ¿Para qué provocar una pelea por si está o no nublado?

  1. Cuando comienza a sentirse independiente, el adolescente seguramente intentará probar sus propios límites. Tal vez deje de ser el ‘chico que era’, obediente y dispuesto. Necesita ‘practicar’ ser individuo.

    Si los padres le ofrecen sólo derechos y privilegios, no aprenderá a contraer obligaciones. Si todo lo que recibe son restricciones y obligaciones puede resentirse y perder la capacidad para disfrutar de la vida, y aun puede rebelarse. Es importante que los adolescentes asuman responsabili­dades mientras se les amplían las libertades.

  2. llegará el momento en que los adolescentes prefieran hablar con sus amigos más que con sus padres. Están buscando su propia identidad mediante la identificación y la diferenciación. Al avanzar en la adolescencia, tendrán dudas acerca de lo que pueden llegar a ser y hacer. Lo que necesitan de parte de sus padres es confianza y ‘crédito’ ante el fracaso.
  3. En la etapa final quizás sea cuando más se note la actitud de pendular entre lo infantil y lo maduro. Oscilarán entre un gran aburrimiento y un enorme interés por alguna actividad. Por eso resultan tan impredecibles.

Lo importante es reconocer su esfuerzo por crecer y no enfocar tanto nuestra atención en su aparente desinterés.

El Grupo

Como mencioné, aparece en la adolescencia la necesidad de tener otro espejo donde mirarse, donde encontrar reconocimiento y aprobación para seguir consolidando la propia identidad. Así se fabrica un nuevo marco donde los adolescentes se conocen, reconocen y valorizan: el grupo de referencia. Estos grupos pueden volverse verdaderas ‘tribus’ donde se viven situaciones de poder, de pertenencia, de conflicto, de territorio y de competencia.

Códigos

Los adolescentes desarrollan códigos propios que los diferencian y que excluyen a otros, ya sea a pares de otras tribus o a los mismos padres, que desconocen el nuevo léxico. Es una manera de diferenciarse de los que no están en ‘onda’ y no pueden entender ‘lo de ellos’. Además de palabras nuevas, inventadas, fuera de lugar o en otro idioma, los códigos incluyen posturas y maneras específicas de pronunciar.

Vestimenta

En el proceso de definir identidad se usan distintas ‘caretas’. La moda suele ser parte del disfraz. El adolescente se viste como imagina que quieren verlo los demás, es decir, sus amigos, su grupo de pertenencia. No sólo es una cuestión de ‘pilchas’, el pelo suele ser parte de esa onda.

Como todavía no confían en sus gustos, ni saben realmente cuáles son, descansan en las marcas que los medios les dictan. Pueden tener veinte jeans en el armario, pero si ahora salió uno con la bragueta en la cola y lo usan las modelos, no pueden dejar de tenerlo.

Muchos padres no entienden la compulsión con que sus hijos necesitan comprarse ropa, porque no saben que la falta de determinado accesorio puede significar quedar out, desvalorizado y rechazado por el grupo de pares.

 

La música

Los medios han saturado el aire de sonido y han provisto a los adolescentes otro factor para diferenciarse. No sólo se trata de disfrutar de la música que les gusta, sino identificarse con un tipo de música que ‘les cabe’ a sus compañeros y los diferencia de sus padres.

Modelos

Para los adolescentes, tener modelos con quienes identificarse es una manera de establecer preferencias y objetivos para llegar a afianzar su propia identidad. A menos que quieran llamar la atención, lo probable es que escojan modelos colectivos. Todo el grupo se hará ‘hincha’ o fan de determinado artista, músico o deportista.

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El Legado de Vacio

La Cultura de hoy podría ser definida como un «collage» de valores trastocados donde lo que el ser humano tiene, parece y hace es lo que define su identidad y dignidad. Ya hemos descrito algunas características del proceso por el que llegamos aquí, en términos culturales. Ahora es necesario mirar hacia adentro, a lo que pasa en el interior de las personas en esta cultura posmoderna.

 

Una herencia de desencanto

En la época conocida como la modernidad, la humanidad había puesto su esperanza en el avance tecnológico y político que los pueblos estaban viviendo. Caían las monarquías, había guerras de independencia en todos los continentes y los avances científicos revolucionaban la vida de todos.

Era el momento justo para que un filósofo condicionara el pensamiento general. En el siglo XIX surgió un pensador muy corrosivo: Federico Nietzsche, quien «profetizó» que «el antropocentrismo del Renacimiento, el racionalismo que había construido Descartes, el poder del pueblo, el auge de la ciencia y la llegada de la modernidad terminarían por matar la idea de Dios y erigirían al hombre como única realidad total. Hasta que Dios no fuera removido de la escena, no llegaría la verdadera modernidad». Por eso su declaración más categórica fue «Dios ha muerto». Así fue cómo la religión dejó de tener el lugar tan importante que tenía y. más triste aun, Dios dejé de tener parte en la vida de la gente. Muchos llaman a este proceso de la historia «secularización».

 

 

Héredamos

una sociedad

donde Dios

es un extraño

 

Pero, ¿pasó después? Los supuestos de la modernidad no tardaron en fracasar. El entusiasmo y la esperanza depositados en el progreso no dieron frutos. A pesar de las posibilidades de comunicación, antes impensadas, hombres y mujeres siguieron sintiéndose solos. Con las grandes guerras se terminaron los grandes ideales, como que la paz era obtenible por el progreso; se acabó el interés por participaren proyectos o «utopías» y las nuevas generaciones no tardaron en descreer de todo proyecto de cambio o revolución social, pensando: «¡A mí qué me importa!»

Las nuevas generaciones sólo heredamos el desencanto, porque nadie cree ya que la tecnología y el progreso puedan arreglar nuestros problemas. Heredamos, además, una sociedad donde Dios es un extraño.

Algunas secuelas

La corrupción, el vértigo de información, [a sospecha de que todo es mera apariencia no pueden producir otra cosa que vació (en la capacidad afectiva), desinterés (en la capacidad volitiva) y fragmentación (en las capacidades intelectuales, emocionales y espirituales). El hastío, consecuencia del fracaso por alcanzar los ideales, ha producido un circulo vicioso de descreimiento y aislación. La confianza es un valor perdido. La urbanidad se ha convertido en rodearse de desconocidos con intereses de consumo que compiten con los propios.

El matrimonio Obiols, en su libro Adolescencia, pos-modernidad y escuela secundaria, destaca cómo ha cambiado nuestra constelación de palabras. Poco tiempo atrás, se hablaba de futuro, ideal, proyecto, progreso… Ahora, el léxico popular incluye expresiones como relax, light, diet, imagen, consumo, fin de la historia.., y la lista puede seguir. El cambio de connotación es claro: las primeras hablan de objetivos sociales mediatos; las últimas corresponden a la satisfacción inmediata de los sentidos.

El des Credo

Según reconocidos pensadores de la posmodernidad, el individuo de fines de siglo XX no cree en:

Una razón fundamentadora (llámese Dios, moral, etc.) que pueda proporcionar cimientos a una visión universal de la realidad (Nietzsche).

Grandes ideales que den sentido a la historia y legitimen proyectos políticos, económicos, y sociales como ocurría en la modernidad (Lyotard).

Un proyecto de vida con expectativas de desarrollo y prosecución de ideales personales que no sean económicos (Mardones).

La posmodernidad presenta la posibilidad de vivir de las apariencias, de abandonarse al momento y no prestar atención a nada que lleve al dolor, al esfuerzo o a la profundidad. Ni siquiera queda lugar para el análisis de por qué fracasaron los sueños de la modernidad.

Muchos quieren soluciones instantáneas para sus adolescentes. También eso es parte de nuestra cultura. Pero antes de elaborar propuestas es imprescindible reflexionar sobre la cultura que nos condiciona a todos. Por eso, en este bloque sobre la cultura hemos procurado ofrecer pistas que nos ayuden a interpretar mejor qué están viviendo nuestros jóvenes.

Nos acercamos un poco más, ahora, para descubrir concretamente cómo son los adolescentes hoy.

 

Del Libro: Adolescentes
Autor: Lucas Leys
, Editorial Lagram / Certeza

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El taller de la identidad

Durante la infancia, el niño no cuestiona la imagen que tiene de sí; son una misma cosa. Al comenzar la pubertad, surge un gran interrogante ¿Quién?.

Escuché al matrimonio DeVies, en una conferencia sobre adolescencia, decir: «Cada persona es única, como resultante de una confluencia de factores que la distinguirán del resto, que le darán un sesgo particular, en un momento dado de la historia del mundo, del país en que nace y de la propia familia. El ser humano nace con una herencia genética, familiar y, como vimos, cultura. No quiero dejar de lado aquello que nos señala Romanos 5: 22 «nacemos también, con una herencia de pecado».

Como personas diferentes que somos, las diversas necesidades se manifiestan de maneras diferentes. Cuando un adolescente no puede satisfacer una necesidad, muchas veces lo vemos ponerse inquieto y tenso. Pronto buscará algún escape que le permita reducir su estado interior de desequilibrio.

Si nuestro adolescente teme pasar inadvertido, buscará llamar la atención de sus compañeros, familiares y profesores. Si está sobreprotegido, buscará independencia. En la medida en que una necesidad es satisfecha adecuadamente, se establece un temporario estado de desequilibrio. Si algún chico se siente elegido por el grupo, buscara un descanso en su necesidad de aprobación.

Muchos de los conflictos que surgen en este proceso se dan cuando, al no tener su identidad definida, los adolescentes se buscan así mismos en el ejercicio de roles antagónicos. Este es uno de los mayores desafíos que enfrentan los líderes y padre de adolescentes.

Por ejemplo, las jovencitas pretenden en un momento ser la mujer fatal del colegio y en otro la chica espiritual de la iglesia; el muchacho ensaya ser el playboy auspiciado por los medios y también el mejor alumno ansiado por los padres.

Mientras los adolescentes experimentan este tipo de dilemas, es lógico que expresen disgusto y disconformidad con casi todo.

Muchas veces expresan sus sentimientos mediante los siguientes mecanismos o tipos de adaptación. Tome nota:

 

Mecanismos de adaptación

Agresión

Si se sienten humillados, es muy probable que los inunde la ira y recurran a la agresión. Pero esta no siempre se dirige hacia la persona que los humilló. Muy probablemente lo hagan con quien sienten que no va a profundizar la humillación, en otra palabras mamá y papá, que siempre me perdonan.

Compensación

La necesidad de sentirse importantes, aceptados o independientes mueve a los adolescentes a intentar destacarse. Si no lo logran en un campo, probablemente intenten en uno opuesto. Si no pueden sobresalir en matamáticas, probarán hacerlo en fútbol. Si no pueden hacerlo con los padres, lo harán con sus compañeros. Si no lo logran en casa lo ensayarán en la pandilla.

Identificación

Aquellos que tengan problemas para compensar de alguna manera, se inclinaran a ser admiradores y seguidores de otros que sí pueden sobresalir. Es común verlo en los colegios y en las iglesias.

El peligro de este macanismo es que ese modelo puede ser tanto bueno como malo. Todos conocemos pre-adolescentes que se pegan a algún adolescente mayor y lo miran enbobado como a un superhéroe.

Racionalización

Para algunos es difícil admitir errores o fracasos. De una u otra forma buscan dar explicaciones acerca de las cosas en que les gustaría destacarse, pero no pueden hacerlo. Es usual verlos encogerse de hombros y dar alguna explicación complicada.

Formación reactiva

Los adolescentes que están muy presionados por su familia o su cultura refuerzan la represión de sus propios deseos condenando a otros. Por ejemplo, critican a los que se vinculan sin dificultad con el sexo opuesto, cuando, en realidad desearían hacer lo mismo pero no se atreven.

Egocentrismo

Los que se sienten inseguros probablemente buscarán ser el centro de atención. Esta moneda tiene dos caras; una obvia, la de estar haciendo chistes todo el tiempo o burlarse de quién está al frente en una situación dada. La otra cara de la moneda es la víctima de la novela. Esta alternativa es más caracteristica del sexo femenino: siempre están llorando por algún problema novelesco, en busca de consuelo.

Evasión

Este mecanismo consiste en recurrir habitualmente al mundo de la fantasía para lograr, de modo simbólico, la satisfacción de las necesidades frustradas. Los que toman este camino pueden tener serios problemas para concentrarse en los estudios luego de una secuencia de fracasos en la misma materia.

Según el Manual de Psicopatología y psiquiatría del adolescente, de S. Feistein y otros, este mecanismo puede ocasionar profundos transtornos emocionales y futuras perturbaciones a la hora de resolver conflictos.

Fuga en la enfermedad

Recuerdo a una amiga que, cada vez que tenía problemas mas o menos serios con alguien, se enfermaba. Por ejemplo, los adolescentes que inconscientemente recurren a este macanismo presentan un acentuado cuadro febril el día de un exámen pero al día siguiente no tienen nada.

Todos esos son mecanismos que el adolescente utiliza en la busca de su identidad, en general, de manera inconsciente. No es que está planeando hacer esto o aquello: cuestiones alojadas en lo profundo de su personalidad lo llevan a seguir alguna de estas estrategias para satisfacer necesidades esenciales. ¿No explica esto buena parte del comportamiento de los adolescentes que nos rodean?.

Observé estas conductas una y otra vez en los adolescentes que me tocó pastorear. Los mecanismos más usados durante la adolescencia pueden convertirse en patrones de conductas en los años posteriores.

Quiero hacer una advertencia aquí, si bien no es mi propósito, en este bloque, pasar a la aplicación de lo que venimos reflexionando. Un líder me escuchó hablar de esto en una conferencia, y un mes más tarde los padres de un adolescente en su congregación me llamaron para contarme que este líder había llevado a cabo una especie de «juicio» donde exponía a los jovencitos delante de sus amigos y aun de sus padres, «explicando» por qué hacían lo que hacían. Sin duda los avergonzaba y los ofendía. Gracias a Dios, estos padres no pensaron que esto era lo que yo había recomendado.

Saber que hay detrás del comportamiento de los adolescentes debiera agudizar nuestra sensibilidad, en lugar de tentarnos a utilizar este conocimiento para manipularlos o herirlos.

 

Del Libro: Adolescentes
Autor: Lucas Leys
, Editorial Lagram / Certeza

 

 

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Cara a Cara

ADOLECER: Experimentar el dolor de crecer. Proviene del latin adolecere, que quiere decir ni más ni menos que madurar. Existe una estrecha relación entre los ciclos vitales y lal crisis existenciales. Es decir, la etapa de la adolescencia tiene sus propias crisis e inevitablemente todo adolescentes tendrá que sufrirlas, independientemente de cómo las manifieste. Estas crisis estarán en relación con la forma en que cada uno satisfaga las necesidades propias de esta etapa.

Por lo tanto, para describir al adolescente de hoy lo primero que tenemos que reconocer son sus necesidades psico-sociales.

Necesidades Fundamentales

El Dr. Bruce Narramore, psicólogo cristiano de California, identifica con claridad seis necesidades básicas de los adolescentes en su paso hacia la adultez:

  1. Desarrollar su propio sentido de identidad, individualidad y seguridad.
  2. Desarrollar relaciones significativas con compañeros de la misma edad y con personas ajenas a la familia.
  3. Separarse progresivamente de la dependencia que, como niños, tuvieron hacia sus padres.
  4. Conformar una sexualidad clara y desarrollar su capacidad para relacionarse con el sexo opuesto.
  5. Obtener la confianza y la habilidad necesaria para desarrollar una carrera (vocación) en el futuro, además de idependencia económica y otras cualidades propias de la adultez.
  6. Desarrollar su fe, valores y actitudes hacia la vida.

Ser reconocido como una persona valiosa es una necesidad profunda de cada ser humano. Todas y cada una de las necesidades que menciona Narramore tiene relación con aquella. Por otro lado, la mayoría de estas necesidades se expresan en el grupo de iguales. Para el adolescente quizá es más importante lograr reconocimiento en el grupo de sus iguales que ante los ojos de sus padres, si bien, en última instancia, buscan la aprobación de ambos para sentirse valorados. Por ello, las dos primeras necesidades definen el propósito y el marco de todas las demás.

Saber qué

hay «detras»

debe hacernos

más sensibles

El taller de la identidad

Durante la infancia, el niño no cuestiona la imagen que tiene de sí; son una misma cosa. Al comenzar la pubertad, surge un gran interrogante ¿Quién?.

Escuché al matrimonio DeVies, en una conferencia sobre adolescencia, decir: «Cada persona es única, como resultante de una confluencia de factores que la distinguirán del resto, que le darán un sesgo particular, en un momento dado de la historia del mundo, del país en que nace y de la propia familia. El ser humano nace con una herencia genética, familiar y, como vimos, cultura. No quiero dejar de lado aquello que nos señala Romanos 5: 22 «nacemos también, con una herencia de pecado».

Como personas diferentes que somos, las diversas necesidades se manifiestan de maneras diferentes. Cuando un adolescente no puede satisfacer una necesidad, muchas veces lo vemos ponerse inquieto y tenso. Pronto buscará algún escape que le permita reducir su estado interior de desequilibrio.

Si nuestro adolescente teme pasar inadvertido, buscará llamar la atención de sus compañeros, familiares y profesores. Si está sobreprotegido, buscará independencia. En la medida en que una necesidad es satisfecha adecuadamente, se establece un temporario estado de desequilibrio. Si algún chico se siente elegido por el grupo, buscara un descanso en su necesidad de aprobación.Muchos de los conflictos que surgen en este proceso se dan cuando, al no tener su identidad definida, los adolescentes se buscan así mismos en el ejercicio de roles antagónicos. Este es uno de los mayores desafíos que enfrentan los líderes y padre de adolescentes.

Por ejemplo, las jovencitas pretenden en un momento ser la mujer fatal del colegio y en otro la chica espiritual de la iglesia; el muchacho ensaya ser el playboy auspiciado por los medios y también el mejor alumno ansiado por los padres.cara a cara

Mientras los adolescentes experimentan este tipo de dilemas, es lógico que expresen disgusto y disconformidad con casi todo.

Muchas veces expresan sus sentimientos mediante los siguientes mecanismos o tipos de adaptación. Tome nota:

 

Mecanismos de adaptación

Agresión

Si se sienten humillados, es muy probable que los inunde la ira y recurran a la agresión. Pero esta no siempre se dirige hacia la persona que los humilló. Muy probablemente lo hagan con quien sienten que no va a profundizar la humillación, en otra palabras mamá y papá, que siempre me perdonan.

Compensación

La necesidad de sentirse importantes, aceptados o independientes mueve a los adolescentes a intentar destacarse. Si no lo logran en un campo, probablemente intenten en uno opuesto. Si no pueden sobresalir en matamáticas, probarán hacerlo en fútbol. Si no pueden hacerlo con los padres, lo harán con sus compañeros. Si no lo logran en casa lo ensayarán en la pandilla.

Identificación

Aquellos que tengan problemas para compensar de alguna manera, se inclinaran a ser admiradores y seguidores de otros que sí pueden sobresalir. Es común verlo en los colegios y en las iglesias.

El peligro de este macanismo es que ese modelo puede ser tanto bueno como malo. Todos conocemos pre-adolescentes que se pegan a algún adolescente mayor y lo miran enbobado como a un superhéroe.

Racionalización

Para algunos es difícil admitir errores o fracasos. De una u otra forma buscan dar explicaciones acerca de las cosas en que les gustaría destacarse, pero no pueden hacerlo. Es usual verlos encogerse de hombros y dar alguna explicación complicada.

Formación reactiva

Los adolescentes que están muy presionados por su familia o su cultura refuerzan la represión de sus propios deseos condenando a otros. Por ejemplo, critican a los que se vinculan sin dificultad con el sexo opuesto, cuando, en realidad desearían hacer lo mismo pero no se atreven.

Egocentrismo

Los que se sienten inseguros probablemente buscarán ser el centro de atención. Esta moneda tiene dos caras; una obvia, la de estar haciendo chistes todo el tiempo o burlarse de quién está al frente en una situación dada. La otra cara de la moneda es la víctima de la novela. Esta alternativa es más caracteristica del sexo femenino: siempre están llorando por algún problema novelesco, en busca de consuelo.

Evasión

Este mecanismo consiste en recurrir habitualmente al mundo de la fantasía para lograr, de modo simbólico, la satisfacción de las necesidades frustradas. Los que toman este camino pueden tener serios problemas para concentrarse en los estudios luego de una secuencia de fracasos en la misma materia.

Según el Manual de Psicopatología y psiquiatría del adolescente, de S. Feistein y otros, este mecanismo puede ocasionar profundos transtornos emocionales y futuras perturbaciones a la hora de resolver conflictos.

Fuga en la enfermedad

Recuerdo a una amiga que, cada vez que tenía problemas mas o menos serios con alguien, se enfermaba. Por ejemplo, los adolescentes que inconscientemente recurren a este macanismo presentan un acentuado cuadro febril el día de un exámen pero al día siguiente no tienen nada.

Todos esos son mecanismos que el adolescente utiliza en la busca de su identidad, en general, de manera inconsciente. No es que está planeando hacer esto o aquello: cuestiones alojadas en lo profundo de su personalidad lo llevan a seguir alguna de estas estrategias para satisfacer necesidades esenciales. ¿No explica esto buena parte del comportamiento de los adolescentes que nos rodean?.

Observé estas conductas una y otra vez en los adolescentes que me tocó pastorear. Los mecanismos más usados durante la adolescencia pueden convertirse en patrones de conductas en los años posteriores.

Quiero hacer una advertencia aquí, si bien no es mi propósito, en este bloque, pasar a la aplicación de lo que venimos reflexionando. Un líder me escuchó hablar de esto en una conferencia, y un mes más tarde los padres de un adolescente en su congregación me llamaron para contarme que este líder había llevado a cabo una especie de «juicio» donde exponía a los jovencitos delante de sus amigos y aun de sus padres, «explicando» por qué hacían lo que hacían. Sin duda los avergonzaba y los ofendía. Gracias a Dios, estos padres no pensaron que esto era lo que yo había recomendado.

Saber que hay detrás del comportamiento de los adolescentes debiera agudizar nuestra sensibilidad, en lugar de tentarnos a utilizar este conocimiento para manipularlos o herirlos.

 

Del Libro: Adolescentes
Autor: Lucas Leys
, Editorial Lagram / Certeza

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